Buenos días a todos!

Esta semana vengo con un breve post para reflexionar…

La última edición de Fitur 2019 ha venido como siempre cargada de descubrimientos en lo que se refiere a la industria del turismo, además de proponer ideas y fomentar los destinos de más rabiosa actualidad o dar espacio a nuevas tendencias como los festivales y su creciente influencia en los viajes… ya os contaré más sobre este tema en próximos posts. Pero una de las cosas que más me ha hecho pensar y más me ha llamado la atención es una de sus nuevas secciones, FiturtechY, especializada en todo lo relativo a la tecnología e innovación en el sector.

Este año, FiturtechY viene con una propuesta impactante centrada en los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire, responsables de generar las emociones básicas en el ser humano – y por ende también en el viajero – y propone la tecnología como quinto elemento fundamental para poder gestionar y modificar esas emociones. Apuesta por un nuevo concepto de productos inteligentes orientados a un turismo emocional y a una vivencia emocional integral donde herramientas como la robótica, la inteligencia artificial o la realidad virtual se emplean como palancas para aprender del viajero y proponer experiencias más singulares y personalizadas que lleguen a tocar de manera más profunda sus emociones. Como ejemplo, en uno de los pabellones, se ponen a disposición de los visitantes algunas de estas herramientas innovadoras en un hotel.

Y digo yo… ¿hacia dónde va evolucionar todo esto, qué está por venir? Negar que la tecnología crece cada día de manera exponencial y que llega a todo y a todos es absurdo, pero… ¿en serio que la tecnología del futuro será capaz de generar las mismas emociones que hasta hoy hemos sentido en nuestros viajes… o incluso mejorarlas?

Supongo que no todos los perfiles de viajero estamos preparados para este nuevo concepto o al menos no somos el público objetivo, aunque como buena investigadora de mercados no puedo dejar de ver el potencial para las empresas y las marcas: la posibilidad de diseñar experiencias a través de las emociones, de aprovechar las ventajas de la tecnología para un turismo más sostenible o social, conceptos más avanzados de transporte, el futuro de los drones y de la autonomía…

Es decir, no me opongo a cosas como poder pagar electrónicamente en ciertos sitios, evolucionar en todo lo que sea quitarte trámites engorrosos en el viaje, avanzar en temas medioambientales ni por supuesto en seguridad… sino todo lo contrario, me parece beneficioso y fundamental. De lo que realmente desconfío es de todo lo que intente propiciar una inmersión en el destino más idealizada o menos realista.

Pienso en lo que me impactó ir a la India o a África, experimentar aquel contraste que en un primer momento me pareció tan duro pero que luego me ayudó a aprender tantas cosas y crecer como persona… o en Rio de Janeiro y sus favelas, o incluso en la experiencia de alojarte en hostales en Asia que estaban en las antípodas del neuromarketing o de herramientas avanzadas de conocimiento del cliente pero que sin embargo te permitían experimentar la verdadera autenticidad del lugar. O en ese momento en el que se te corta la respiración al asomarte a un acantilado y ver a tus pies paisajes naturales casi irreales, únicos, irrepetibles… que marcan huella para siempre. Es curioso como en ninguno de estos momentos estaba presente la tecnología, sino simplemente tu y una conexión profunda con el destino.

En definitiva, este nuevo quinto elemento tiene todo mi apoyo para el futuro, pero dejadme que me mantenga fiel a esa idea romántica de querer que las emociones que siento a la hora de viajar, tanto las buenas como las malas, sean solo mías y me las provoque el propio destino.

¿Qué opináis vosotros? Estoy deseando conocer vuestro punto de vista…

Hasta la semana que viene!

xxx

 

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Good morning to everybody!

This week I come with a short post to reflect …

The latest edition of Fitur 2019 has always been full of discoveries regarding the tourism industry, as well as proposing ideas and promoting the most up-to-date destinations or giving space to new trends such as festivals and its growing influence on travel … I’ll tell you more about this topic in future posts. But one of the things that has made me think more and more has caught my attention is one of its new sections, FiturtechY, specializing in everything related to technology and innovation in the sector.

This year, FiturtechY comes with a powerful proposal focused on the four elements: water, earth, fire and air, responsible for generating the basic emotions in the human being – and therefore also in the traveler – and proposes technology as the fifth fundamental element to be able to manage and modify those emotions. Betting on a new concept of intelligent products aimed at emotional tourism and an integral emotional experience where tools such as robotics, artificial intelligence or virtual reality are used as levers to learn from the traveler and propose more unique and personalized experiences that come to play more deeply your emotions. As an example, in one of the pavilions, some of these innovative tools are available to visitors in a hotel.

And I say … where is this going to evolve, what is to come? To deny that technology grows exponentially every day and that it reaches everything and everyone is absurd, but … seriously, the technology of the future will be able to generate the same emotions that we have felt in our travels … or even improve them?

I guess not all traveler profiles are prepared for this new concept or at least we are not the target audience, although as a good market researcher I can not help but see the potential for companies and brands: the possibility of designing experiences through of emotions, of taking advantage of technology for more sustainable or social tourism, more advanced transport concepts, the future of drones and autonomy …

That is to say, I am not opposed to things like being able to pay electronically in certain places, evolve in everything that is taking away cumbersome procedures in the trip, advance in environmental issues or of course in security … but quite the opposite, I find it beneficial and fundamental. What I really distrust is everything that tries to encourage an immersion in the most idealized or least realistic destination.

I think about the impact that it meant for me to go to India or Africa, to experience that contrast that at first seemed so hard to me but then helped me learn so many things and grow as a person … or in Rio de Janeiro and its Favelas, or even the experience of staying in hostels in Asia that were at the antipodes of neuromarketing or advanced tools of knowledge of the client but that nevertheless allowed you to experience the true authenticity of the place. Or in that moment in which you cut your breath when looking at a cliff and see your feet natural landscapes almost unreal, unique, unrepeatable … that mark footprint forever. It’s funny how technology was not present in any of these moments, but simply you and a deep connection with destiny.

In short, this new fifth element has my full support for the future, but let me stay true to that romantic idea of ​​wanting the emotions I feel when traveling, both good and bad, are only mine and I they are provoked by their own destiny.

What do you guys think? I’m looking forward to your point of view …

Until next week!

xxx